viernes, 30 de enero de 2009

Terry Pratchett, La verdad


La vigésimo quinta novela de Pratchett se desarrolla de forma independiente, es decir, no forma parte de la saga de las brujas ni de la de Rincewind ni de la de la guardia ni de la muerte. Aún así al desarrollarse en la ciudad de Ankh-Morpork aparecen varios de los personajes de la guardia y los seres que pueblan la ciudad más grande del Mundo Disco; entre ellos Lord Vetinari, Y Voy A La Ruina Escurridizo, el señor Slant, Apestoso Ron y Gaspode, el perro maravilla, uno de los personajes que más me gustan.

La Verdad. Así se titula esta novela. Estamos ante una entrenida y divertidísima sátira sobre la prensa y el periodismo; la influencia de la prensa, el poder político, la manipulación de la verdad, el amarillismo... nunca antes la ciudad morporkiana había estado tan (des)informada.

Esto empieza como todas las cosas, de forma totalmente inesperada. Un joven de buena familia, William de Worde, que se gana la vida escribiendo cartas en las que informa de lo que sucede en la ciudad a nobles familias extranjeras se topa por casualidad con que los enanos pueden transformar el plomo en oro, es decir, que tienen una imprenta (cosa nunca vista en la ciudad) y que son capaces de copiar una misma carta miles de veces y por un módico precio, con lo cual ellos sacan una importante ganancia.

Por esas extrañas paradojas de la vida William se convierte en menos de un minuto y sin tener muy claro como en el primer editor y redactor del Ankh-Morpork Times. William siempre estará obsesionado con la búsqueda de la verdad a cualquier precio, cosa que le llevará a meterse en innumebles problemas con los malos (Sr. Alfiler y Sr. Tulipan) y los buenos (Vimes y la guardia).

Poco a poco y de manera alocada el periódico va creciendo, contratan a alguien para las necrológicas, una redactora para los asuntos sociales, vendedores de periódicos liderados por Apestoso Ron, un fotógrafo vampiro llamado Otto que ha hecho el juramento de no volver a probar la ese (sangre) y que toma cacao para paliar su adicción.

Cuando Lord Vetinari es acusado de un crimen, todas las energías y el dinero de William se centran en averiguar la verdad. William se descubre como un sagaz reportero de investigación. Hasta tiene su propio confidente, Hueso Profundo. En breve también deberán ocuparse de la competencia el Ank-Morpork Inquirer, cuyos artículos hablan de hombres raptados por Dioses o mujeres de Lancre que dan a luz serpientes.

Como todas las novelas de Pratchett es terriblemente divertida y crítica. Hay momentos desternillantes como la lógica de la Nueva Empresa, las apariciones de la muerte, Gaspode en si mismo, Otto y su problema con la ese y los flash... tantos.... Me ha encantado, es difícil que el creador del Mundo Disco me defraude, aunque lo ha hecho un par de veces (Pirómides y Papá Puerco). Una novela genuinamente pratchiana donde no deja títere con cabeza.
PD: Haz click aquí para leer las diez primeras páginas.

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