jueves, 30 de abril de 2009

After Dark. Murakami y la noche

After Dark de Haruki Murakami llevaba varios meses en una estantería cogiendo polvo. Se lo habían regalado a mi pareja y seguía esperando a que alguien se decidiese a leerlo. Yo soy muy clasista con los libros, hay ciertos autores, tendencias y temáticas que no leo por simple y pura cabezonería. Con Murakami me pasaba lo mismo, me negaba a leerlo aunque nunca le había dado una oportunidad. Un día lo cogí de la estantería y…

Descubrí a un autor con una especial sensibilidad. Una obra poética en prosa. Personajes entremezclados en un entorno urbano y reconocible mientras hablan desde lo más banal hasta lo más profundo del ser. Personajes que podían decirlo todo con sus silencios taimados o ser un torrente verbal sin control.

La novela, corta, no aporta un final cerrado. Porque lo que ocurre en ese espacio de tiempo es lo que importa, lo que suceda después se lo dejamos a la imaginación del lector. Aunque hay un par cuestiones, sobretodo a nivel personal, que los personajes resuelven. Lo cierto es que en After Dark, los personajes están perfectamente perfilados aunque no salgan más que en dos o tres páginas y no digan más que cinco o seis frases. Los ves, los sientes, los entiendes. Me ha maravillado la habilidad de este autor para crear a un ser completo desde la mismísima nada con menos de veinte palabras.

La acción se desarrolla durante una noche, entre las 12 y las siete de la mañana. No es una noche especial, es una de tantas, donde la gente se cruza y se separa, donde las vidas no dan vuelcos ni suceden grandes tragedias. Es un pedazo de realidad mezclado con un sueño.


Un narrador nos introduce en la noche de Tokio. Poco a poco se centra en una estudiante que está sentada en un café leyendo. Su nombre es Mari. Absorta en la literatura está totalmente aislada en su mundo. Al rato un joven músico, Takahashi se sienta frente a ella. La ha reconocido pues años antes fueron presentados por la hermana de ella, Eri, una joven modelo que al parecer, y esto lo sabremos casi mediada la novela, lleva dos meses durmiendo. No es un coma simplemente duerme. Durante esa noche Mari y Takahashi hablaran, se separarán, se volverán a encontrar varias veces, y de ese tronco de relación nacen las ramas de historias paralelas como la prostituta china y su agresor, o el sueño de Eri.

Estamos en la noche que tiene sus propias reglas, su propio lenguaje, su propio tempo. La noche envuelve a los personajes y a la historia. Pero tras la noche amanece y con el amanecer el mundo cambia, las reglas cambian. Me gusta ese preámbulo al día, como juega el autor con la idea de una nueva luz, una nueva esperanza.

No sé muy bien de que va After Dark, de emociones, de momentos perdidos, de soledad, de amor, de desencuentros, de hiperrealismo… lo que sé es que me gustó y que disfruté. Puede que la parte de la historia que se centra en Eri y en esa observación minuciosa me resultara más pesada pero se veía compensada con los diálogos de Mari y la disección del agresor.

La novela fue toda una experiencia. Me transportó totalmente y me veía bebiendo café y escuchando jazz en un café iluminado por cientos de luces del centro de Tokio. Creó una atmósfera tan cercana y reconocible que podía palparse. Otra detalle que me gustó fue la música. Título y títulos de jazz acompañan a nuestros personajes. En algún momento oí un bajo y un saxofón, mientras leía, mientras tomaba café en Tokio. Gran libro Alter Dark. Murakami me ha conquistado.

2 comentarios:

Hewl dijo...

Me encanta Murakami, tiene una forma de escribir increible. Consigue engancharte incluso cuando no te está contando nada.
Y los personajes son fantásticos, sobre todo las historias que crea para cada uno de ellos.

Rebeca Sánchez dijo...

tienes razón Hewl. Me encanta como va narrando sin esfuerzo como si no contase nada pero todo se condensa en tres o cuatro palabras clave. Tendré que pillarme algún libro más de este hombre.

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