viernes, 22 de noviembre de 2013

Las compañeras del Doctor: Clara Oswin Oswald #SemanaWhovian


No tenía pensado participar en la #semanawhovian pero la tentación fue demasiado grande y cuando vía Twitter me dijeron que quedaban temas por tratar no lo dudé un instante, me subí a la TARDIS.  Durante la #semanawhovian blogs especializados en series de televisión han publicado diariamente artículos para celebrar el 50º de la serie. El día 23, mañana mismo, se estrenará 'The day of the Doctor', el especial que conmemora las cinco décadas del nacimiento de Doctor Who. 

Yo aporto mi granito de arena a esta celebración con un artículo centrado en Clara Oswin Oswald, la actual companion de Once, el Doctor interpretado por Matt Smith. Jenna-Louise Coleman fue la elegida por Moffat para dar la réplica a Smith tras un casting repleto de talentosas actrices: 
... cuando vimos a Matt y Jenna juntos supimos que teníamos a nuestra chica. Ella es divertida e inteligente y está lo suficientemente loca como para abordar la TARDIS. No sucede  mucho que el Doctor conozca a alguien que incluso habla más rápido que él ...
A PARTIR DE AQUÍ SPOILERS SWEETIE

Las tres caras de la actriz

Jenna apareció por primera vez en el capítulo 'Asylum of the Daleks' interpretando a Oswin Oswald, tripulante de una nave espacial que se estrelló contra el planeta-asilo de los mortales enemigos del Doctor. Oswin  fue capturada por la terribles máquinas, las cuales la despojaron de su humanidad convirtiéndola en uno de ellos. Sin embargo, en su mente creó un refugio seguro, un lugar donde seguir siendo esa chica que disfruta haciendo suflés. El Doctor nunca llegó a ver su rostro en aquel demencial asilo pero nunca olvidó a la valiente mujer que le salvó la vida. Las últimas palabras de Oswin Oswald fueron una orden, una súplica, un adiós: "Run! Run your clever boy... and remember me."


Nadie esperaba que la actriz apareciese en la premiere de la séptima temporada, fue una sorpresa mayúscula que sirvió para asentar las bases del misterio en torno a la nueva companion. A Moffat le gustan los puzzles, los juegos, las pistas; también le gusta dotar a las companions -ya lo hizo con Amy- de un sustrato de misterio que sirva para focalizar la atención del Doctor y de los fans. 

No volveríamos a ver a Jenna hasta  'The Snowmen', el especial de Navidad de 2012. En ese capítulo, ambientado en la Inglaterra de 1892, aparece como Clara Oswin Oswald, una mujer muy adelantada a su tiempo que trabaja de camarera por la noche y de institutriz durante el día. En ese Londres victoriano e invernal vive oculto el Doctor ayudado por Vastra, Jenny y Strax. 

Cuando se encuentra con Clara, el Señor del Tiempo es un ser irascible, huraño y solitario que prefiere vivir apartado de todos y de todo. La pérdida de los Pond lo dejó devastado y hundido, siendo Clara la única capaz de sacarle de su letargo. La joven no dejará de perseguirle hasta ver saciada su curiosidad. Él, un tanto desconcertado por el carácter audaz, inteligente y valiente de Clara, le propondrá que sea su nueva compañera de aventuras. 


La felicidad de Once no dura mucho pues Clara muere en este capítulo, sus última palabras reavivan los recuerdos del Doctor. "Run! Run your clever boy... and remember mer." murmura antes de morir ante sus ojos. Once se percata de que es la misma mujer que murió por él en el asilo de los Daleks y convencido de que hay más como ella emprende una búsqueda a través del tiempo. Eso le llevará hasta Clara Oswald, una chica que trabaja cuidando niños en una casa del Londres actual. 

Así que hay tres: la Oswin del asilo que murió convertida en Dalek y salvó al Doctor; la Clara victoriana que murió junto al Señor del Tiempo y la Clara del presente, una joven que es "imposible" pero que no puede ser más normal. 

Clara Oswald se encontrará con el Doctor en 'The Bells of Saint John' y permanecerá a su lado hasta la actualidad. Esta versión de la chica imposible es valiente, descarada, curiosa pero precavida y muy divertida. Es capaz de replicar a una velocidad que produce vértigo y no tiene una muy buena relación con la TARDIS. Consumida por la curiosidad acepta viajar con el Doctor pero siempre bajo sus términos. 

El cambio de compañera

Cada vez que Doctor Who añade una nueva companion las cosas cambian en la serie porque la dinámica entre los personajes así lo establece. Una nueva companion ofrece la posibilidad de probar cosas diferentes, de explorar nuevos territorios, tanto para bien como para mal. 

Clara tenía difícil su integración en el universo whovian ya que venía a sustituir no solo a Amy, la chica que esperó, sino también a Rory, el centurión, y en cierta medida a River Song. No obstante, creo que lo logró con relativa facilidad porque el personaje es dulce sin resultar empalagoso, es divertido sin caer en el histrionismo, inteligente sin hacer alarde de ello; y la relación que establece con el Doctor no tiene ningún sesgo romántico sino que es de pura amistad -algo que agradezco-.

Rose Tyler se enamoró del Doctor, y el sentimiento era mutuo. Martha Jones también se enamoró pero no tenía ninguna posibilidad. Donna Noble estableció un vínculo estrecho y duradero con el Doctor basado en la amistad y el respeto. Amy Pond vivió toda su vida esperando al hombre de la caja azul. Clara tenía que ser diferente pero no demasiado y su misterio, resuelto de manera bastante efectiva*, la convierte en una companion de valor excepcional. Ahora bien,  ¿cómo será la relación entre el Doctor y Clara sin esa incógnita?.

La chica de los sufflés tendrá el honor de ver partir a este undécimo Doctor y de conocer a la duodécima versión del personaje interpretado por Peter Capaldi. En la era moderna solo una companion tuvo la oportunidad de ver una regeneración, y esa fue Rose Tyler. 


* No quiero contar aquí en qué consiste el misterio de Clara porque considero que su revelación en 'The Name of the Doctor' es uno de los cierres más ingeniosos y hábiles de la era Moffat; y que debe ser visto dentro de su contexto por el valor que tiene para la historia de Doctor Who. 

sábado, 16 de noviembre de 2013

He perdido la cabeza


La nueva hornada de propuestas televisivas es un desastre. Ninguna de las comedias estrenadas hasta el momento logra arrancarme una sonrisa y las propuestas más serias no me interesan lo más mínimo. A falta de empezar Master of Sex, de la que solo escucho cosas buenas, solo una serie ha conseguido captar mi atención. Lo extraño es que se trata de uno de los estrenos más disparatados de los últimos años -con permiso de Zero Hour-. Hablo de Sleepy Hollow, una arriesgada mezcolanza temática que acoge en su seno brujas y patriotas, misterios milenarios y francmasones, profecías apocalípticas y diatribas contra la vida moderna, policías y místicos. Un producto que combina satisfactoriamente todas estas temáticas aderezándolas además con buenas dosis de acción y humor.

Sleepy Hollow me recuerda un poco a muchas cosas, encuentro referencias y homenajes por todas partes, un poco de The X-Files, un toque de Twin Peaks, algo de Fringe, una dosis de American Horror Story (sí, sí y sí), bastante de National Treasure -aquellas películas protagonizadas por Nicolas Cage y su peluca- y algo de Supernatural (jinetes del Apocalipsis, elegidos, demonios). 

Los creadores Alex Kurtzman (Alias, Fringe, Hawaii 5-0), Roberto Orci (pareja creativa de Kurtzman), Phillip Iscove y Len Wiseman (Underworld), conocedores de los resortes que hay que tocar para crear sólidas y atractivas mitologías, combinan sabiamente temas e ideas dispares dando como resultado un entretenimiento sin pretensiones ni vergüenza capaz de desplegar una trama de conspiraciones masónicas y luchas milenarias entre el bien y el mal sin caer en el ridículo absoluto. 

Lo mejor de la serie es la química que existe entre sus dos protagonistas, Ichabod Crane (Tom Mison) y Abbie Mills (Nicole Beharie). Ambos personajes, separados por un abismo generacional, cultural e histórico, congenian rápidamente y se toman toda la locura que los rodea con pasmosa naturalidad. 

Crane es un inglés del siglo XVIII que luchó en la guerra de independencia bajo las órdenes de George Washington. Un hombre culto, profesor de historia en Oxford, casado con una bruja y con una memoria prodigiosa que muere decapitando a un enemigo en el campo de batalla. Pasados más de doscientos años despierta en el Sleepy Hollow actual solo para descubrir que un "amigo" de los viejos tiempos también ha llegado a la ciudad; el descabezado enemigo, el jinete sin cabeza, la Muerte en persona. 

Abbie es teniente de policía. Una joven con un pasado problemático a sus espaldas ligado a una extraña experiencia en los bosques de la ciudad. Tras ser testigo de la muerte del sheriff, casi un padre para ella, se encuentra envuelta en la lucha entre el bien y el mal. Abbie se resiste a jugar el papel que el destino le ha asignado pero la insistencia de Crane y el recuerdo de su mentor asesinado la obligan a replantearse y redefinir su vida y prioridades. 

Este dúo ha conseguido desarrollar en siete capítulos una interesante, cómica y equilibrada relación en la que la fuerza y la inteligencia se reparte equitativamente. En sus conversaciones hay sarcasmo, compañerismo, comprensión y su relación fluye con sencillez, casi sin esfuerzo. Crane y Abbie se complementan y compensan el uno las carencias del otro. Si la serie continúa por ese camino podríamos estar ante una gran pareja a la altura de los Booth y Brennan de los buenos tiempos o los Crews y Reese de Life

La primera temporada de Sleepy Hollow está formada por 13 capítulos y por eso la acción se desarrolla con rapidez. Los guionistas van al meollo del asunto sin desarrollar tramas que puedan entorpecer el trepidante avance de la historia. Hay acción y más acción, humor y muchas referencias históricas a la guerra de independencia en la que Crane jugó un papel fundamental. En pocos capítulos los protagonistas han encontrado un lugar desde el que trabajar a gusto, alejados del trajín de la comisaria y de las suspicaces miradas de los policías; un archivo repleto de documentos que les sirven de apoyo y aliados -la hermana de Abbie, los francmasones, el devorador de pecados-. 

Con la renovación ya asegurada, Sleepy Hollow puede navegar tranquila por las turbulentas aguas de la parrilla televisiva. Espero que no le pase como a Once Upon a Time, que tras una primera temporada atractiva no supo poner fin a sus males y naufragó sin remedio con su segunda entrega. Sleepy Hollow no carga, por ahora, con el lastre que representan 22 capítulos por temporada. La fórmula de los trece episodios le sienta como un guante, y por eso la FOX la aplicará a la segunda temporada. 

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