La historia es una treta, un truco de magia, al igual que los trucos con monedas que practica el protagonista, o los timos que cuenta Wednesday; la historia es un juego de manos, por una parte nos distraen y luego nos dan el golpe. En este caso Wednesday será el mayor embaucador de toda la historia, un buen truco se traía entre manos pero al final alguien lo descubrió y todo se vino abajo.
Viajeremos con Sombra por este mundo entre la sorpresa, la incredulidad y la aceptación. Una de las cosas que marcarán el camino de nuestro protagonista será la aparición de su mujer muerta, que tiene como misión protegerlo para que él pueda encontrar la manera de devolverle la vida.
Los interludios que aparecen a lo largo de la novela y nos cuentan la llegada de los diversos dioses al nuevo mundo son muy interesantes y están muy bien narrados. Esto acrecienta mi creencia de que Gaiman no debería salirse del mundo del cómic o tal vez el relato corto pues los largos entramados de una novela le sobrepasan como ya pude comprobar en Los hijos de Anansi. Y eso es lo que menos me gustó del libro, esa inconsistencia de la historia y la animosidad que despierta el personaje principal en mi. Su parsimonia, su aparente frialdad, su nula participación con el entorno que le rodea hace que me caiga realmente mal. Además toda la novela adolece de unidad y el hilo de la continuidad se pierde muchas veces en el camino.
Esperaba mucho más de la supuesta gran novela de Neil Gaiman y la decepción ha sido grande. Sin duda alguna Gaiman es un gran narrador en formato cómic pero aquí se dio contra un muro demasiado grande. La idea de base era buena e incluso interesante pero mal planteada y con un protagonista de lo más soso. Pero en la novela muchas cosas quedan en el aire, sin explicar o de refilón, no se habla de las grandes religiones organizadas y es algo que no se puede obviar en el contexto en el que se mueven los personajes. Tampoco me gustan los sueños, tan oníricos ellos. Las descripciones de los sueños siempre me han parecido innecesarias, redundantes y carentes de imaginación.
Actualmente estoy leyendo The Sandman y no puedo dejar de maravillarme por la historia, los personajes y toda la carga mítica que tiene pero es un formato totalmente diferente y también hace tiempo que fue escrita. No puedo recomendar American Gods porque no me gustó y me decepcionó pero si que puedo recomendar leer las cómics de Gaiman, incluso la novela Los hijos de Anansi y Buenos presagios, pero no American Gods. Me sentí estafada.
1 comentario:
Cualquiera de Sandman, o Muerte son mucho mejores, me gustó más American Gods que los Hijos de Anansi , pero ninguna de las dos me entusiasmaron, Neverwhere y Stardust me gustaron más.
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