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lunes, 1 de mayo de 2017

Bosch, el mejor drama policial del momento

OJO, SPOILERS DE LA TERCERA TEMPORADA DE BOSCH

Amazon estrenó la tercera temporada de Bosch hace poco más de una semana. 10 nuevos capítulos de la adaptación televisiva de las novelas de Michael Connelly que harán vibrar de emoción a los fans de este drama policial con alma noir. 

La serie da un salto temporal de dieciséis meses y comienza con el asesinato de un indigente en las calles de Los Ángeles. La temporada presenta varias tramas que irán avanzando, con ritmo desigual, a lo largo de los diez capítulos. La principal trama es la investigación del asesinato del indigente, un caso que lleva a Harry y a su compañero Jerry Edgar (este año Jamie Hector ha estado estupendo) a seguir los pasos de un grupo de ex-soldados que ahora trabajan como contratistas militares privados. Por otro lado, Harry y la fiscal Anita preparan para los tribunales el caso de un director de cine acusado de matar a una chica. Mientras todo esto sucede, Harry presencia el asesinato de Gunn, un despojo humano al que acechaba desde hace años. Siguiendo su propio código de valores, Harry guarda silencio sobre lo que sabe del asesinato pero todo cambia cuando se convierte en el principal sospechoso de la investigación. Y para colmo de males, un asesino impredecible mata a varias personas en la zona de Koreatown. 

A mayores vemos como progresa la relación de Harry con su hija Maddie (Madison Lintz) ahora que viven juntos; también seguimos al jefe Irving (Lance Reddick) en sus intentos por habituarse a su nueva situación personal y conoceremos los contratiempos que impiden a la teniente Grace Billets (Amy Aquino) medrar profesionalmente. No todas estas tramas se resolverán este año lo que revela un plan argumental de largo recorrido que seguirá desarrollándose en la cuarta temporada. 

Me alegro de que la serie siga apostando por dar más cancha a los policías de homicidios de Hollywood, algo que ya sucedía en la segunda temporada y que le sentó muy bien a la serie en aquel momento. Es bueno no sólo para la serie sino también para el espectador ver cómo trabaja esta particular familia de policía, ver cómo se relacionan dentro y fuera del trabajo y conocer a Robertson, otro perro viejo, que se encarga de la investigación de Gunn. Estos secundarios no son meras comparsas ni clichés del género, son personajes con buenas historias, bien escritos y bien interpretados, repletos de pequeños matices y singularidades que los dotan de vida y carácter. Bosch no es una buena serie sólo por tener un gran protagonista sino también por que el resto del reparto está a la altura de unos buenos personajes con buenas historias.

Será interesante comprobar como las líneas argumentales abiertas este año ( el regreso de la exmujer de Bosch trabajando para el FBI, el asesino de Koreatown y el asesinato de la madre de Harry) van acercándose al cierre definitivo en la cuarta temporada y el impacto que estas investigaciones tienen no sólo sobre Harry sino también sobre unos secundarios cada vez más interesantes y tridimensionales. 

Un hombre miserable

Harry Bosch es un policía con su propio código moral, un policía que lo ha visto todo y que busca e imparte justicia en una ciudad brutal y amoral. El mundo de Bosch es un lienzo de Hopper repleto de desolación. Bello y cruel. 

Esta temporada ha sido muy interesante ver la deriva emocional del personaje, tras resolver el asesinato de su madre en la segunda temporada esperaríamos ver a un Harry más calmado, más feliz. Sin embargo, el rudo policía se vuelve más sombrío, se encierra en si mismo. Lo cierto es que está enfadado, decepcionado y frustrado porque no pudo enfrentarse al asesino de su madre al estar este ya muerto y porque descubrió que el departamento de policía encubrió el asesinato. Su cambio de actitud, su carácter taciturno y virulento no pasa inadvertido ni para su compañero Jerry Edgar (Jamie Hector) ni para su teniente -y amiga- Grace Billets (Amy Aquino). Tal y como le dice Billets resolver el caso de su madre “te ha hecho más miserable”. 

No ayuda a mejorar su humor el asesinato de un joven que era su testigo en el caso del indigente, entre los capítulos cuarto y quinto hay dos escenas en la que vemos como la muerte – la visita a la escena del crimen y a la morgue- impacta en el viejo detective. Pese a todos sus años en el cuerpo, pese a su paso por la guerra, aún sigue afectándole la muerte y más cuando, como en este caso, se culpa a si mismo. 

Igualmente interesante es comprobar que el tiempo y el trabajo hacen mella en Bosch y en su credibilidad. En los juzgados ya no es bien recibido como testigo porque su historial tienen demasiadas sombras. Tanto tiempo en las calles jugando al límite de la ley han convertido a Bosch en potencial culpable de un asesinato. Incluso Edgar y Billets temen que sea el asesino de Gunn dada su obsesión por el cumplimiento de la justicia (en toda la dimensión de la palabra). Es duro ver como la confianza entre Harry y Edgar se rompe y triste comprobar que Bosch, en el fondo, cree que hizo lo correcto al dejar morir a Gunn. ¿Será el fin de esta amistad? ¿Volverán a investigar juntos? Edgar se horroriza al saber que Bosch no hizo nada por evitar la muerte de Gunn y pese a lo mucho que admira a su compañero no sabe si podrá volver a confiar en él. 

Welliver sigue magnífico en la piel de Harry Bosch, un personaje complejo que borda, transmitiendo toda la fuerza, emoción y poderío de un hombre que desde una espectacular terraza en las colinas vigila la ciudad angelina; es una lástima que su trabajo no se vea recompensado, ya no digo con un premio, pero al menos con una nominación.

domingo, 13 de marzo de 2016

Una narrativa de combustión lenta

Una serie de corte clásico, un drama criminal noir absorbente con uno de los protagonistas más carismáticos de la actual parrilla televisiva. Eso es Bosch

Pocas series tienen tanta calidad y son tan sólidas como esta, sin embargo, dentro de su cadena nunca logrará despuntar por encima de Transparent ni acaparar premios como Mozart in the Jungle. Tampoco puede competir, ni quiere, con los dramas de HBO, AMC, FX o Netflix pero sería injusto ponerla al mismo nivel que los dramas procedimentales de NBC o CBS. Puede que por eso mucha gente no se decide a darle una oportunidad a la historia, tal vez piensan que el policía duro de L.A. es un cliché o que hay series en emisión mucho más interesantes. Craso error. 

La nueva temporada comienza con el regreso de Harry a su puesto en la policía angelina tras seis meses de suspensión. Al poco de reincorporarse, le asignan el asesinato de un productor de cine para adultos con conexiones con Las Vegas, ciudad donde viven su ex esposa y su hija adolescente. Así que este año veremos más a Sarah Clarke y Madison Lintz, algo que agradezco porque la complicada relación de Harry con su familia es un aspecto que merece ser explorado con detenimiento. 

Durante esta segunda temporada la serie madura expandiendo sus tramas y dando más cancha a los secundarios. Harry ya no tiene que cazar a un psicópata de manual sino que, esta vez, el guión apuesta por seguir varios hilos narrativos que, en un momento dado, acabarán -esto lo supongo porque aún voy por el cuarto capítulo- confluyendo. 

Titus sigue espléndido, consigue insuflar vida al personaje, Harry es una persona real, con aristas y emociones. Además, es un profesional dedicado y competente, un investigador nato, un policía de la vieja escuela con mucho instinto pero también inteligente y paciente. En manos de un actor tan ducho en personajes turbios, Harry Bosch respira, crece, aprende, evoluciona y se rebela. Resumiendo, Titus lo borda  pero, en esta segunda tanda de capítulos, los secundarios que tan bien le arroparon durante el primer año desenvuelven sus propias tramas y encuentran su propio espacio en ese Los Ángeles de cielos azules y alma noir. Lance Reddick, Amy Aquino y Jamie Hector, el compañero elegante de Harry, aportan mucho más al conjunto. La trama del capitán interpretado por Reddick tiene varios puntos con miga, por un lado el juego político con el alcaldable y por otro, el trabajo como infiltrado de su hijo dentro de un grupo de policías corruptos.

Entre las incorporaciones de este temporada destacar a una Jeri Ryan que me recuerda a la Lynn Bracken de Kim Basinger en L.A Confidential. También aparece Matthew Lillard como mafioso armenio encargado de un club de stripteasse. Se me hace raro ver a Lillard en la piel de un explotador sexual porque recientemente estuvo en The Good Wife cantando canciones infantiles y seduciendo a Lucca Quinn. Y por último, Brent Sexton se pone en la piel del vigilante de seguridad de la lujosa área residencial donde vive el personaje de Ryan. 

Aunque la temporada ya está a nuestra disposición, Bosch es una serie que es mejor disfrutarla con calma, adaptándose a su tempo narrativo, dejando que la historia se asiente entre capítulo y capítulo. Hay series a las que el binge watching no sienta nada bien, Bosch es una de ellas. Además, como somos cuatro gatos las que la seguimos no hay peligros a comerse spoilers al entrar en Twitter.

domingo, 8 de marzo de 2015

Bosch, la otra gran serie de Amazon


Poco se ha hablado de Bosch, una de las series lanzadas por Amazon este año, y es una lástima porque estamos ante un producto de buena factura, con excelentes interpretaciones, una trama sólida y una puesta en escena impecable. El silencio alrededor de Bosch creo que se debe a dos factores: fue estrenada después de Transparent, serie que atrajo la atención tanto de la crítica como del público; y no supone una revolución, su corte es demasiado clásico. 

Transparent es la serie con más visibilidad de Amazon, esa condición de diamante en bruto hace que pocos se percaten de la existencia de Bosch, un drama noir ambientado en Los Ángeles que sin ser brillante, convence. Darabont debería ver todos sus capítulos para entender qué falló en su Mob City.

En su momento, cuando Amazon lanzó su tanda de pilotos, Bosch fue uno de los que más me gustó y aquella primera impresión fue acertada. Tras devorar los 10 episodios que conforman su primera temporada tengo que decir que es una serie de gran cohesión argumental, que crece capítulo a capítulo, y que tiene muy claro cuando debe soltar lastre y cuando debe cerrar tramas.

El taciturno y siempre observador Harry Bosch es un regalo para Titus Welliver, un actor que sabe insuflar credibilidad y fuerza a un personaje que surca los mares de la vida aferrado a su código de honor y a su sentido de la justicia. Harry no es un santo, tampoco es un mal hombre pero está acostumbrado a moverse en la amplia zona gris, algo que acarrea un precio. Welliver, bregado como secundario en series como Lost, The Good Wife o Deadwood, se enfrenta con éxito a su primer -y merecidísimo- protagónico.

Cuando conocemos a Hieronymous 'Harry' Bosch, quintaesencia del detective silencioso y pragmático, comienza a investigar el asesinato de un menor muerto hace más de 20 años. A medida que avanza los capítulos vamos conociendo más cosas sobre su pasado y sobre su manera de afrontar la vida y el trabajo. Harry Bosch, como personaje, no supone ninguna revolución, es un arquetipo visto previamente en cientos de películas y series de televisión. Sin embargo, a pesar de conocer de que pasta está hecho el personaje principal, la serie resulta interesante. Cuando la cámara se centra en Harry puedes sentir toda la furia de las calles de Los Ángeles corriendo por sus venas. Con todo, pocas veces se deja cegar por ella aunque la usa como estímulo para seguir adelante. Bosch es un detective formidable con un sentido muy elevado de la justicia, del trabajo bien hecho y de la ética profesional.

Hay que agradecer la presencia de Welliver en la serie pero él no es el único que aporta consistencia al reparto; ahí tenemos a Jaime Hector, a Lance Reddick, a Mimi Rogers, a Steven Culp o a Sarah Clarke, haciendo lo que mejor saben hacer, dejar su impronta en unos secundarios que tienen momentos para brillar con luz propia aunque la sombra de Welliver es muy larga.

La serie no puede entenderse fuera de otro entorno que no sea Los Ángeles, la ciudad es más que el escenario donde ser desarrolla la historia es también un personaje más. Por eso creo que se tomaron tantas molestias en capturar su esencia, la fotografía de la serie es impecable: los planos desde la casa de Harry, las luminosas barriadas pobres, los almacenes abandonados, los exteriores de la comisaría de policía, las colinas... no hablo de imágenes hermosas pero planas; aquí la ciudad es un ente tridimensional con textura, con historia, con secretos, con lugares que merece la pena visitar y otros que no son más que una traslación del infierno en la tierra.

Bosch tiene un tempo narrativo lento, se toma su tiempo para armar la trama principal y trabaja, poco a poco, las secundarias. Estamos ante una serie que no tiene prisa en explicar al espectador qué está pasando. Primero coloca las piezas sobre el tablero y, luego, con calma empieza a reunir todas las piezas del rompecabezas.

Ahora, voy a tener que darle una oportunidad a los libros de Michael Connelly, creador del personaje. Al no conocer la obra literaria no puedo deciros si esta adaptación televisiva es una digna deudora de la pluma de Connelly. No obstante, si la consideramos como un producto independiente, Bosch es una serie de notable alto. En muchos aspectos, Harry Bosch me recuerda a otro de mis personaje televisivos favoritos: Walt Longmire, el sheriff de Absaroka. Incluso, encuentro similitudes entre Bosh y el Rayland de Justified. Los tres son hijos del negro sobre blanco, personajes cortados por el mismo patrón, con sutiles pero notables diferencias. Una noche deberían salir de copas.

domingo, 9 de febrero de 2014

Amazon acierta con Bosch y The After


El año pasado, Amazon presentó una batería de pilotos que fueron valorados por sus usuarios con el propósito de dilucidar cuales terminarían convirtiéndose en series de televisión. De aquella experiencia nos quedamos con el chasco que supuso Zombieland, fallido intento de trasladar a la pequeña pantalla la película de 2009 protagonizada por Woody Harrelson y Emma Stone; y con las comedias Alpha House y Betas que recibieron críticas favorables aunque son productos más bien mediocres.   


Este año se repite este democrático proceso de selección. Los usuarios volverán a votar sus pilotos favoritos, este año hay diez, y algunos de ellos terminarán convirtiéndose en series. Lo que nos importa es saber cuáles recibirán luz verde por parte de Amazon. De los diez proyectos, cinco de temática infantil y otros cinco de temática adulta (dos dramas y tres dramedias) he visionado dos: Bosch y The After. En ambos casos la primera impresión ha sido muy positiva. 

BOSCH

Adaptación de las novelas de Michael Connelly protagonizadas por el detective Harry Bosch del departamento de Los Ángeles. Bosch, interpretado por Titus Welliver (Lost, The Good Wife), está pasando por un momento profesional delicado puesto que está siendo juzgado por matar a un sospechoso. Sin embargo, eso no le impide iniciar la investigación del asesinato de un niño de trece años cuyo cadáver aparece en un bosque. El tono oscuro de la trama y del personaje están bien perfilados. Welliver promete en la piel de un hombre atormentado por el pasado, eficiente y efectivo investigador que conoce la ciudad y que ha visto la peor cara de la misma. Connelly  y Eric Overmyer, colaborador habitual de David Simon, se encargaron de la adaptación a la pequeña pantalla de esta saga literaria. 


THE AFTER

 Chris Carter es el creador de la propuesta que ha hecho más ruido en las redes sociales. Este drama de ciencia ficción tiene mucho potencial y es más que posible que Amazon apueste por ella. El interesante punto de partida reúne a ocho personajes que deberán unir fuerzas si quieren sobrevivir en un mundo que parece haberse vuelto loco. Una historia post-apocalítpica con tintes sobrenaturales que podría desarrollar una sugestiva mitología, recordemos lo que hizo Carter en Expediente X. El piloto se desarrolla de forma irregular pero acaba con un cliffhunger que nos deja con ganas de más. La calidad del reparto es desigual aunque no chirría y varias caras son viejas conocidas como las de Aldis Hodge, Jamie Kennedy o Adrian Pasdar.

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