SPOILERS DE LA CUARTA TEMPORADA
Longmire, la serie de televisión basada en los libros de Craig Johnson, ha cerrado una cuarta temporada redonda y contundente potenciando lo mejor de sus personajes y tramas. Cuando en agosto de 2014, A&E anunció su cancelación tras el final de la tercera temporada muchos nos quejamos. La tercera entrega había apostado por la serialización y terminaba con un cliffhanger de esos que te dejan clavada al sofá: el sonido de un disparo quebraba la serenidad del paisaje de Absaroka mientras que Walt se preparaba para llevar a cabo su venganza. Menos mal que Netflix acudió al rescate, esa decisión ha cristalizado en una temporada prodigiosa que, aunque también termina con un endemoniado cliffhanger, avanza en la historia sin dejar de profundizar en las raíces del condado de Absaroka, la reserva y las relaciones del sheriff con su entorno.
Es fácil dejarse seducir por los silencios del sheriff Walt Longmire o por las gafas de sol de Moretti. Longmire es una serie sobria e inteligente que, sin abandonar nunca del todo sus raíces de procedimental, aborda sus tramas horizontales con tino. La serie construye sus temporadas con una calma rabiosa, dosificando la acción y creando un ambiente tenso. Sabes que en algún momento todo estallará. La serie ha crecido sin perder ni desdibujar la esencia que la hace única. Netflix le ha dado más duración a los capítulos, pasamos del estándar de 45 minutos de A&E, a unos 50-52 minutos por capítulo; además, tanto el inicio como el final de temporada superan los 60 minutos de duración. Este cambio no le ha sentado mal a la serie, las tramas no se ven lastradas por esta adición de tiempo y, gracias a ello, podemos disfrutar de más imágenes en exteriores.
La cuarta temporada se articula en dos bloques separados por un salto temporal de pocos meses en los que Walt se dedica a terminar su cabaña, beber cerveza y leer. El primer arco argumental se centra en la resolución del cliffhanger de la tercera temporada. Walt y sus ayudantes afrontan la pérdida de uno de los suyos mientras que el sheriff sigue empeñado en llevar ante la ley a los culpables de la muerte de su esposa. Una vez resuelto este problema, la segunda temporada se centra en la violación de una joven india en los terrenos de la reserva y la confrontación del sheriff con los trabajadores de una empresa petrolera.
Los diez capítulos de la cuarta temporada dan para mucho; Walt tendrá que hacerse cargo de los casos semanales, de un nuevo interés amoroso (Ally Walker), de un empleado con problemas y de sus habituales encontronazos con Jacob Nighthorse, Mathias, Malacki, etc. También Vic y Cady han tenido tiempo para avanzar y retroceder. Cady parece que por fin ha encontrado un trabajo y un propósito; Vic sigue bebiendo los vientos por Walt. Esa TSNR entre Walt y Vic sigue siendo un tema pendiente y creo que va siendo hora de que Moretti empiece a fijarse nuevos objetivos, tanto afectivos como vitales.
Por otro lado, volviendo a los temas que la serie ha abordado durante este año, esta temporada ha sido la que más se ha centrado en la reserva y en la comunidad cheyenne. Desde el piloto, allá por 2012, la reserva ha sido una constante para Longmire. Un espacio vedado para el sheriff, fuente de conflictos y problemas. Este año, la relación con el jefe Mathias parece menos tirante. Aún así, la frontera entre el condado y la reserva es también la frontera entre dos cosmovisiones condenadas a enfrentarse. un lugar donde las viejas heridas no consiguen cerrarse.
En una entrevista, Lou Diamond Phillips -Henry Standing Bear en la serie- avisaba de que este año la reserva y los cheyenne tendría mucha importancia:
“I’m thrilled because it’s a very Native-centric season. Graham Greene is back. A Martinez,Zahn McClarnon and Irene Bedard will be on. We also introduce a storyline that involves my friend Julia Jones, who I adore. She was in the Twilight series of films, and she is amazing. I have a wonderful arc with her that also involves Tantoo Cardinal, who I also absolutely adore and who I think is probably one of the pillars of the Native American acting community, along with Graham Greene.”
Por qué la reserva adquiere tanta relevancia este año? Por Henry. Durante la tercera temporada le vimos sufrir y perder todo lo que quería para acabar en manos de Malachi. Además, desde entonces carga con el sentimiento de culpa de la muerte de Hector, el vigilante de la reserva. Poco a poco, toda su furia, su resentimiento y su culpabilidad se canalizan hacia un objetivo: Hector Lives. El cheyenne asume el papel de vigilante de la reserva, imparte justicia para los inocentes y protege a aquellos que más lo necesitan. Su implicación con ese papel es total, llegando a comprometerse -hasta las últimas consecuencias- en el caso de Gaby, una joven violada en la reserva. La conversión de Henry insufla tensión al conjunto, es coherente con el carácter del personaje y el cariz de los acontecimientos; y extiende su influencia a todos los personajes, especialmente a Cady que se ve atrapada entre dos aguas: la lealtad a Henry o a su padre.
Sin duda, la cuarta temporada ha sido la temporada de Henry, como la tercera lo fue de Branch. Los secundarios consiguen brillar con fuerza en una serie donde el protagonista cede espacio a los demás para enriquecer el resultado final. Desde su piloto, Longmire ha crecido y siempre ha sabido equilibrar el drama y la acción dejando sitio para la introspección de los personajes – la contención de Taylor está plagada de matices- y el desarrollo emocional de los mismos – la obsesión creciente de Branch, el justiciero que Henry lleva dentro o la soledad de Vic-. La cuarta temporada es la confirmación definitiva de la gran calidad de la serie.
Puntos extras:
- Reunión de BSG: Callum Keith Rennie se reencuentra con Katee Sackhoff
- Peter Weller reaparece como Lucian Connally y hasta dirige un capítulo.
- Todo el proceso de selección del nuevo ayudante.
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