En los últimos tiempos la televisión inglesa nos deleita con series de muy buena factura donde las mujeres son las encargadas de poner al malo entrerrejas: Happy Valley, Scott and Bailey, Unforgotten, The Fall. Podemos viajar hasta 1991 para añadir a esta lista Prime Suspect, donde la reina de las actrices británicas, Helen Mirren, interpretaba a Jane Tennison, una inteligente, deslenguada y ambiciosa policía determinada a demostrar su valía en un mundo dominado por los hombres. La Tennison es la policía por antonomasia en el Reino Unido, puesto que en los Estados Unidos parece estar copado por Mariska Hargitay y su detective (ahora teniente) Olivia Benson. Me estoy dispersando, esa historia da para otro post.
No Offence, procedimental emitido por Channel 4 y creado por Paul Abbott, se suma a esa lista de títulos pues su centro emocional y temático son tres mujeres que desempeñan diferentes cargos en una comisaría de Manchester. La detective Dina Kowalska (Elaine Cassidy), segunda generación de una familia polaca, es una madre soltera que vive en una preciosa casa con su hija y su madre. Kowalska es fuerte, impulsiva, generosa y reservada. Su implicación personal con el caso que vertebra la primera temporada de la serie la lleva a cometer alguna que otra estupidez pero siempre puede contar con el apoyo de sus compañer@s. La sargento Joy Freers (Alexandra Roach), amiga de Dina, es una joven brillante recién ascendida a la que le cuesta salir de su zona de confort. Su timidez le provoca pequeños ataques de ansiedad; sin embargo, nadie cuestiona su valía y capacidad para hacer bien su trabajo. La tercera en discordia es la voluptuosa y matriarcal capitán Viv Deering, personaje interpretado por una Joanna Scanlan que traspasa la pantalla con la mirada. Deering es una fuerza de la naturaleza, una jefa centrada en coger a los malos y en defender a su equipo.
Se necesita una actriz como Joanna Scanlan para dar vida a un personaje como Viv, una mujer de mediana edad con las cosas muy claras y un afinadísimo instinto policial. Viv tiene poder y sabe como manejarlo; a su edad tiene su vida personal en orden y su vida laboral controlada. Lo que más me gusta del personaje son esos momentos en los que deja ver su ternura y su humanidad sin que eso se entienda como una debilidad sino como una virtud. Ella sabe quien es, que quiere y como lograr sus objetivos, que cante cuando hace pis o que se equivoque usando su desodorante vaginal como spray bucal no la convierten en objeto de mofa sino que la acercan más al espectador. Sus peculiaridades, sus fallos, sus mentiras, sus miedos, nos ayudan a entenderla y, por extensión, a quererla. Puede que Viv no parezca un policía implacable pero cuando la vemos a pleno rendimiento, haciéndose con la sala de interrogatorios, controlando la situación; sabemos que estamos ante un PERSONAJAZO.
Entre el resto del reparto destacar las presencias de Colin Salmon, hombre multitarea que tanto se aparece en Arrow como en Limitless o Doctor Who; y Will Mellor recordado por su David en Dates. El elenco de actores y actrices de No Offence muestra una gran diversidad, casi tanta como la ciudad en la que se desarrolla la historia, ese Manchester que Abbot conoce tan bien y al que le tiene cogido el punto.
Paul Abbott, aclamado guionista responsable de series tan recomendables como Touching Evil, Shameless, State of Play, Exile, o Hit and Miss, tiene un estilo muy reconocible: agresivo, directo, realista. En general, sus personajes siempre dicen lo que están pensando sin importar las consecuencias y No Offence no es diferente en este aspecto, el realismo y el humor están muy presentes en cada línea de diálogo.
En una entrevista del año pasado, Abbott explicó que “quería escribir con humor negro una serie de policías” pero el problema era encontrar el tono adecuado. La dificultad estribaba en hallar un camino entre la comedia y el drama que no fuese el de comedia dramática, algo que, según Abbott, le ha llevado diez años conseguir. No Offence tiene drama y comedia pero en ningún momento podríamos definirla como una comedia dramática, hacerlo sería hacer un flaco favor a los esfuerzos del grupo de guionistas y pervertir la visión de Abbott.
Ágil, provocadora y emocionalmente impactante, No Offence es entretenida y convincente. La serie funciona y atrapa al espectador gracias a esa mezcla de realismo y humor tan característica de Abbott. Este ganador del BAFTA logra, una vez más, convertir a sus personajes en seres con profundidad y aristas. Casi sin darte cuenta acabas sumergida en la vorágine de la comisaría de Viv y en los casos que investigan porque lo que te cuentan te lo cuentan tan bien, con tanto estilo, tanta gracia y tanta energía que es imposible no participar de la historia.
El único pero a la primera temporada es la identidad del asesino en serie. La investigación llega hasta el último capítulo pero el espectador atento y entrenado se dará cuenta a tres capítulos para el final de quién es el culpable. La resolución de ese misterio es demasiado sencilla. El efecto Broadchurch parece estar extendiéndose lentamente entre los procedimentales.
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