Californication es un término que hace referencia a las influencias de los californianos en varios estados occidentales de los Estados Unidos.
Hablemos de Californication. Hablemos de Hank, Karen, Becca y demás. Hablemos de una de las mejores series que se han hecho.
Una serie con un alto contenido sexual, muy explícita, llena de tacos, de gente que fuma, bebe y consume drogas a primera hora de la mañana para poder aguantar el tirón de vivir en la ciudad más infernal y magnética del mundo: Los Ángeles. El infierno es un lugar soleado y con playas, el infierno está lleno de estrellas de cine y escritores que buscan la redención. El infierno está lleno de sexo y nos paseamos por él a bordo de un destartalado porsche negro.
En medio mundo se han llevado las manos a la cabeza debido al contenido sexual de la serie, desde que se inicia con Hank en una iglesia recibiendo proposiciones de una sexy monja hasta que Charlie disfruta azotando el culo de su joven secretaria. La serie trata el sexo como algo natural, algo que está ahí y que no podemos obviar. No nos rasguemos las vestiduras porque a un hombre le hagan una felación o a una mujer le guste experimentar con otra. Sucede, pasa, ocurre todos los malditos días y el mundo no deja de girar por ello.
Sin embargo para mi Californication no es una serie sexual. No, eso es un añadido, algo que está ahí. Algo que sirve como catalizador en muchas ocasiones de la acción. Si Hank no se hubiese acostado con Mia nada de lo ocurrido posteriormente con la novela hubiese sucedido. Si Charlie no se dejase seducir por su secretaria nunca veríamos el trío que formó con Hank una noche de borrachera. El sexo no lo es todo en esta serie pero si es importante, eso no podemos negarlo.
Ante todo, Californication, trata (opinión personal) sobre el amor y la familia. Y sobre madurar y aprender a vivir tomando decisiones.
Hank desde el principio es un ser perdido, ahogado en alcohol y “en un mar de coños” como le dice Karen, no tiene objetivos, no tiene ambiciones. Se deja arrastrar por la vorágine de una ciudad calurosa y pagada de si misma que se ahoga en la autocomplacencia de ser el centro del universo. Por eso Hank bebe, fuma, consume drogas y folla con todas; porque es lo único que le hace sentir algo, algo medianamente parecido a una emoción verdadera. Hank se confunde con las sombras de la ciudad, Hank vaga de bar en bar, de mujer en mujer añorando algo que ha perdido, algo que no ha sabido conservar pero que aún desea sobretodas las cosas, su mujer, su familia, su vida pasada.
Todos creemos que cualquier tiempo pasado fue mejor, Hank era un escritor de éxito, con un cierto prestigio y un buen nombre que se equivocó. Se dejó engatusar por los cantos de sirena de Venice y llegó a Hollywood con su familia para transformar una buena novela en una mala película. A partir de ahí todo le fue mal, perdió la familia, perdió la dignidad como escritor, perdió el prestigio y se perdió a si mismo. Y lo peor que le puede pasar a un escritor como Hank es perder su norte. Karen era eso para él, su impulso, su guía, su musa. Sin ella Hank espera aburrido y deprimido a que en algún momento el pasado vuelva a llamar a su puerta y le sonría. Es significativo que cuando vuelve a escribir no lo haga en Los Ángeles sino en Nueva York, su ciudad, su pasado.
Hank ama a Karen, la ama tanto que no es capaz de centrarse sin ella, la ama tanto que no es capaz de vivir sin ella. Su amor le hace dependiente, la necesita. Su hija le quiere, Hank haría cualquier cosa por ella, aunque siempre le falle, aunque no sea perfecto, aunque a veces la avergüence, es su padre, el único, al que quiere y por el que haría cualquier cosa. La relación padre-hija me encanta. Ella cuida de él, él la ayuda a dar sus pasos por un mundo cínico manteniendo la esperanza de los finales felices. Porque Hank en el fondo es un romántico, un soñador.
Californication es una serie llena de amor, de desamor, de sufrimiento. Una serie donde un hombre intenta recuperar lo que ya perdió. Y Hank es tan trágico, su vida es tan caótica, todo lo bueno que le sucede se evapora, todo lo malo permanece. Hank es un personaje arroyador, carismático, con el que acabas encariñándote aunque muchas veces sea un pedante, cínico y mal hablado. ¿Como no querer que ese Quijote triunfe y consiga que Dulcinea regrese?
Los momentos más bonitos de la serie son aquellos donde vemos a la familia Moody al completo, padre, madre e hija. Son un trío peculiar, distinto pero que funcionan perfectamente juntos como un reloj suizo.
Adoro esta serie, aunque hay una cosa que me hizo enfadar. El final de la temporada. No, así no debe terminar. HAnk no está destinado a eso, aún no. Tal vez más adelante si, pero no ha madurado, aún no ha comprendido lo que es realmente importante. Necesita centrarse, volver a escribir, volver a estar arriba, cuidar de su hija y no al revés, amar a Karen desde la sobriedad para variar. Quien sabe lo que nos depara la segunda temporada de esta serie tan tremenda. Espero que no sigan el camino trillado de la vida familiar y el happy end. No lo creo.
1 comentario:
me encantó la serie y quiero la segunda tempoprada.ya!
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