miércoles, 8 de julio de 2009

No es país para viejos de Cormac McCarthy

Pasa muchas veces cuando se lee un libro y después se ve la película que te asalta la frase a la mente de "El libro es mejor". Por primera vez creo que puedo decir lo siguiente: "no debí ver primero la película y después leer el libro" ¿ Por qué? Pues porque es exactamente lo mismo. Como vi la película el libro en si ya no me resultó ninguna aventura, no supuso ningún reto pues es igual. Salvo tal vez dos o tres detalles, pequeños, lo demás es exacto. Con lo cual sabía lo que iban a decir los personajes antes de decirlo, veía claramente el desierto descrito, podía evocar a los personajes con la cara de Josh Brolin y Javier Bardem, imaginarme al sheriff Tommy Lee Jones sentado tomando el café y esto me ha arruinado la lectura del libro.

En líneas generales soy una persona a la que le gustan los spoilers, muchas veces me leo el final de un libro cuando estoy por la página 20, me gusta que me cuenten los finales de las películas y los momentos claves de las series. Si, yo soy así; pero por primera vez, saberme de antemano la historia me la ha fastidiado.

No es que no me guste la novela. Está muy bien. Bien narrada, con garra, con ritmo, con un muy buen saber hacer pero... no me engancha. La leí con muchísima desgana y lentitud, y eso que es una novela relativamente corta.

Supongo que ya conocéis la historia. Moss, tropieza en el desierto con los restos de una matanza entre narcotraficantes. Se topa por casualidades de la vida con mucha pasta y se la lleva. Sin embargo a partir de ese momento su vida se convierte en un infierno porque los dueños del dinero mandan tras él a Chigurh, un temible asesino a sueldo que tiene un curioso sentido de la ética. Mientras el sheriff del pueblo intenta solucionar el entuerto causando el mínimo de muertes posibles. Sus reflexiones sobre la vida, la muerte, el dolor, el tiempo pasado, la incomprensión y la violencia son lo mejor del libro.

La historia es tan desoladora como los parajes en los que se desarrolla, la frontera entre Tejas y Méjico. Los desiertos ardientes, los moteles de carretera. La novela no te deja respirar. Frases cortas, acción a raudales, poca descripción. Los personajes corren persiguiéndose bajo un sol abrasador, en un mundo que está cambiando y que ya no es seguro. Un mundo que el sheriff teme porque no comprende, un mundo que crea hombres como Chigurh.

Es un libro descarnado, crudo y directo que te deja con la impresión de que el mundo es un lugar inhóspito y cruel. Y a pesar de todas estar virtudes no me gustó. Intentaré hacerme con un par de libros más de este autor para ver si era culpa de la novela en si o es que el estilo de este hombre no me llega. Le comenté a un compañero que no me había gustado y casi me escupe por sacrílega.

Recomendaría la novela pero sólo porque reconozco que la culpa es mía. La película me dejó tan mal sabor de boca y tan mala leche en el cuerpo que tal vez no pude leer siendo imparcial.

2 comentarios:

Álex dijo...

De Cormac McCarthy leí La carretera y me encantó, de No es país para viejos quería ver la película, pero por lo que dices quizás tenga que leer primero la novela.

Rebeca Sánchez dijo...

Y que tal está la carretera?

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