miércoles, 29 de febrero de 2012

No hay mal que por bien no venga

Entre el 26 de septiembre de 2007 y el 8 de abril de 2009 la cadena NBC emitió los 32 capítulos de Life; un procedimental que destacaba por encima de la media gracias a una pareja protagonista con mucha química y una trama serializada de lo más interesante. La audiencia de la serie fue decreciendo pasando de un piloto con más de diez millones de seguidores a una season finale que apenas superaba los cuatro. Life tenía potencial para ser una gran serie pero sufrió los efectos nefastos de la huelga de guionistas, una huelga que impidió que llegase al gran público y que no le dejó consolidarse ni  crearse una base de fieles seguidores que la mantuviesen en antena. 

La serie se centraba en  Charlie Crews, un antiguo agente de la policía de Los Ángeles, que tras doce años en prisión, es puesto en libertad al demostrarse su inocencia. El tiempo pasado entre rejas le ha dejado huella. Crews regresa al cuerpo, ahora como detective; recibe una importante indemnización económica y le ponen como compañera a la detective Reese (Sarah Shahi). Ella no pasa por su mejor momento, es silenciosa, reservada y muy dura. Crews está lleno de filosofía zen, no para de comer fruta y de comprar coches de alta gama. Sin embargo, su gran obsesión, es resolver el asesinato que le privó de su familia, de su libertad y de su vida. 

Mucho me molestó que la NBC cancelase la serie pero si lo pienso ahora, con la perspectiva que da el tiempo, me doy cuenta de que tal vez fue lo mejor, porque si Life hubiese continuado nos hubiésemos perdido muchas cosas buenas. Imaginad por un momento que todo hubiese ido sobre ruedas y que, hoy por hoy, la serie continuase en antena, las aventuras de Crews y Reese estarían en su quinta temporada y podrían llegar a las siete u ocho. 

Así que sus protagonistas estarían ocupados rodando 22 capítulos, algo que no les dejaría tiempo para más papeles.  Como escribí hace ya un tiempo, hubo vida después de Life, y sus protagonistas encontraron pronto nuevos personajes. Damian Lewis, que daba vida a Charlie Crews el protagonista, no hubiese sido contratado por Showtime para Homeland. ¿Os imagináis la serie sin él? ¿Qué otro actor hubiese encargando al atribulado Nicholas Brody? Homeland no sería lo que es sin la magnífica aportación de Lewis. Sarah Shahi encontró hogar en la cadena USA Network con Fairly Legal. Nunca he visto esta serie así que no puedo opinar, pero la chica está trabajando. 


Sin embargo, es importante recordar a los demás actores y actrices que trabajaron en Life. Adam Arkin daba vida a Ted Early, un antiguo estafador que conoció a Crews en la cárcel y que vive con él en su mansión. Tras Life, Arkin estuvo en Sons of Anarchy, The Chicago Code y un largo etcétera. Por allí paseó sus impresionantes curvas Christina Hendricks, que luego se incorporó a Mad Men donde consiguió fama y prestigio. Donal Logue llegó a Life en la segunda temporada para interpretar al Capitán Kevin Tidwell, un neoyorquino de pura cepa que se queda prendado de los encantos y la mala leche de Reese. Si Life siguiese en antena, es muy posible que Logue nunca hubiese protagonizado Terriers, serie que emitió la cadena FX en 2010. Creo que ese papel fue uno de los mejores de la carrera de eterno secundario y aunque Terriers fue cancelada tras trece capítulos, la huella que dejó en los seriéfilos fue muy profunda. Brent Sexton, el sufrido padre de Rosie Larsen en The Killing, daba vida al antiguo compañero de Crews en Life. Posiblemente seguiría en la serie y no hubiese tenido la oportunidad de trabajar en la polémica serie de la AMC.  Así que ya veis, perdimos Life hace ya tres años pero ganamos al sargento Nicholas Brody de Homeland, al Hank Dolworth de Terriers y al señor Larsen de The Killing. Amén de los subsiguientes trabajos de Shahi, Arkin y Hendricks. Despedirse de Life fue triste pero te go que admitir que, a la larga, hemos salido ganando con esa pérdida.

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