Limitless es la continuación de la película del mismo título protagonizada
por Bradley Cooper en 2011. Este procedimental creado por Craig Sweeny
se centra en Brian Fich (Jake McDorman), un joven con síndrome de Peter Pan que
tiene acceso al NZT, una milagrosa droga
que aumenta la inteligencia.
La serie ha sido una grata sorpresa en una temporada bastante flojilla y
aunque CBS aún no ha anunciado si la renovará para una segunda entrega,
albergo la esperanza de verla en la parrilla televisiva de la próxima temporada. Aún así, como la cadena se lo está tomando con calma, quiero exponer varios
motivos por los que considero que Limitless debería ser renovada.
Brian Finch, un protagonista entrañable
Jake McDorman está perfecto en la piel de veinteañero inmaduro,
irresponsable, un poco vaguete pero de buen corazón. Desde el primer momento,
Finch usará sus extraordinarias habilidades para ayudar a los demás,
anteponiendo las necesidades de otros a las suyas. Esta capacidad
de sacrificio es lo que le convierte en un héroe. Brian se preocupa por
el débil, el necesitado; siempre protege a aquellos que están indefensos ante
las injusticias. Pero el señor Finch también es un tipo divertido, soñador, extrovertido, cariñoso y
creativo. Su forma de trabajar es una constante explosión de ingenio y cachondeo gracias a la música, las marionetas, los esquemas, los gráficos y vídeos que realiza.
La serie nos ofrece dos versiones del mismo personaje; por una parte tenemos al Brian NZT y por otra, al Brian más humanos y familiar. Dos caras de la misma moneda que, a veces, tienen intereses contrapuestos. El desarrollo de la temporada ha situado a Brian ante varias disyuntivas: decirle la verdad a su familia, decirle la verdad a Rebecca, confiar en Morra, enfrentarse a su padre. Estos dilemas morales han sido una constante en todos los capítulos, permitiendo al espectador conocer mejor al protagonista y logrando que empaticemos con él y su situación.
Lo más interesante de este personaje es que a pesar de tener el NZT y de
poder convertirse –como hace el senador Morra- en una versión mejorada de sí mismo, se aferra a ser la persona que era antes de tomar la pastilla; se aferra
a su familia, a su humanidad, a sus valores morales y eso hace de él un
personaje repleto de matices y profundidad.
Un procedimental diferente
La serie mantiene el mismo formato que otros procedimentales con un caso
semanal al que los personajes deben resolver pero también cuenta con dos trama que recorren toda la primera temporada: las intenciones del senador Eddie
Morra y la investigación de Rebecca sobre la muerte de su padre.
Gracias al NZT, Brian es un Sherlock hipervitaminado capaz de cosas
asombrosas y su manera de encarar los diferentes casos es siempre original.
Limitless sorprende al espectador a cada capítulo, ya sea con un episodio
homenaje a Ferris Bueller’s Day Off o con uno centrado en Sands contado como un
cómic o con uno desde la perspectiva de Rebecca tras tomar NZT.
Hace poco Sweeney decía que querían “entregar semanalmente algo que
nunca se hubiese visto antes en televisión, ya sea un montaje visual o un truco
estructural”, hablaba de no anclarse en la rutina y de ofrecer siempre algo novedoso.
La verdad es que lo han logrado porque Limitless es un procedimental que sabe
ser serio cuando tiene que serlo pero que no renuncia a divertir al espectador
fiel con detalles como deshechar la jerga técnica a favor de vídeos de gatitos
o en mostrarnos cómo discurriría la saga de The Bruntouchables. Gracias a esta singular
forma de afrontar los casos, la serie se sitúa por encima de muchos otros procedimentales.
Es la sustituta de Chuck
Limitless comparte muchas cosas Chuck, la historia de un nerd reconvertido
en espía por un backup en su cerebro. Durante cinco años pudimos seguir las
aventuras en la NBC y aunque sus dos últimas temporadas no fueron buenas, la
tercera es un gran ejemplo de buen entretenimiento sin pretensiones.
Brian, al igual que Chuck, tiene la oportunidad de hacer un mucho bien
gracias a su nueva habilidad, ambos trabajan para el gobierno, ambos tienen una
compañera femenina y una jefa dura pero justa. Agradezco que en Limitless no estén
tan preocupados por la vida sentimental de su protagonista cosa que en Chuck influyó negativamente en el desarrollo de tramas y en el cuidado de los
secundarios.
La propuesta de Craig Sweeny es tan consciente de la coincidencias entre
ambas series que en los últimos capítulos de la temporada pusieron a Brian a
trabajar en una tienda de informática junto a un compañero descerebrado y
barbudo que recordaba a Morgan Grimes.
Los secundarios
La serie ha cuidado a sus secundarios, creando personajes con motivaciones,
miedos, deseos, familia y pasado. Personajes que se pasean por la pantalla con
un propósito y una meta, que han crecido capítulo a capítulo y que ya son parte fundamental del equipo. Mike (Michael James Shaw) e Ike (Tom Degnan), Stavros (Musto Pelinkovicci)
y Sands (Colin Salmon) encajan perfectamente en el universo de Limitless y sin
ellos el espíritu juguetón de la serie no funcionaría tan bien.
No obstante, creo que Sands ha sido el personaje más interesante de esta
temporada y más desde el capítulo Sands, Agent of Morra. El hombre en la sombra
del senador es una constante a lo largo de la primera entrega y si la serie
tiene futuro le echaremos de menos. Colin Salmon es un experto en secundarios
de lujo, su presencia siempre se agradece y, en este caso, su aportación
aportaba tensión y peligro al conjunto. Sands era un mercenario con agenda
propia pero respetaba y apreciaba –a su manera- a Brian.
Rebecca Harris
Ver a Jennifer Carpenter en un papel tan equilibrado, comedido,
autoexigente y organizado como este sorprende. Esta agente del FBI es todo lo
que Debra Morgan no alcanzaba a ser pero ambas comparten un gran instinto policial
y una enorme capacidad de sacrificio. Los guionistas han creado un personaje
con un halo de misterio debido, en gran parte, a lo reservada y discreta que
es. Harris aunque eficiente y trabajadora no es perfecta y
comete errores pero me gusta su capacidad de confiar en los demás, su
preocupación por las personas y su negativa a darse por vencida. Pero también
es autocrítica, indecisa y, muchas veces, demasiado solemne.
La relación entre Finch y Rebecca se basa en la confianza. Ella aprecia a
Brian, se preocupa por él y lo protege. Sabe que es un inmaduro y un tanto
irresponsable pero también sabe que es una buena persona. Por ahora su relación
se basa en la amistad y espero que la cosa siga así, no me gusta la idea de una
TSNR en Limitless. Pueden seguir como hasta ahora, respetándose y trabajando
juntos, forjando una amistad como han hecho en Elementary con Watson y Holmes.
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