La carga de ser el hijo de un Beatle es sin duda una carga pesada, más aún si intentas dedicarte a la música. Con dos discos en su historia, el hijo de John y Yoko se movió por senderos y tonos cercanos a un pop bien cuidado, de canciones con inevitable remanencias propias del apellido que lleva con orgullo. Muy inestable en sus producciones sacó su segundo álbum 8 años después de su primer lanzamiento. Más gustoso de otras expresiones artísticas que de la música como un trabajo fijo, Sean deambula entre el cine, el video y otras agendas urbanas.
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