Claire Simone Fisher morirá en el 2085. Posiblemente yo también esté muerta para entonces, sino tendré 104 años.
De todos los personajes de A dos metros bajo tierra, Claire siempre me pareció el más inútil de todos.
Nate, tenía sus problemas personales, su enfermedad, tenía a Brenda, luego se casó con Lisa y tuvo una hija. Lisa muere, se casa con Brenda, esperan un bebé y Nate se enamora de Tina. A parte de sus coqueteos con las drogas, el sexo, las conversaciones con su padre muerto, sus peleas con Brenda, su mal rollo con Billy. Nate era un hombre complejo y acomplejado, no sabía vivir, no sabía decidir. Se dejaba llevar y cuando elegía era un ser profundamente egoista, a la par que un hombre bueno y generoso. Era un personaje lleno de contradicciones. La escena que más me impactó de Nate es cuando entierra en aquel bosque a su mujer muerta. Él solo, de noche, cargando con el cuerpo putrefacto, llorando, sintiéndose odioso y culpable. Pobre Nate.
David, era sin duda uno de los mejores. El que más recuerdo, el que tenía momentos más impactantes, el que te desconcertaba, al que adorabas por ser tan humano, tan frágil, tan recto y moral. Por dar esa imagen de hijo y hombre perfecto que no era para nada lo que realmente escondía debajo de su pulcro traje gris. David, el homosexual reprimido, el amante dañino, el salvaje provocador. Pero también David el responsable, el necesitado de amor, el humillado por un padre que no le perdonaba lo que era, el que se sacrificaba por la familia, el negocio. David y Keith eran la pareja más atípica y compenetrada de todas. Se peleaban, se separaban, se necesitaban, volvían, se engañaban, se iban a vivir juntos, adoptaban hijos y al final se casaban. Su relación era un sin vivir, un perro del hortelano emocional que no te permitía ni avanzar ni retroceder. Y sin embargo es la historia de amor más hermosamente perversa de toda la serie.
Ruth. Ojalá mi madre nunca sea como ella. Ruth. Esa mujer. Entregada y sometida durante años a su marido. Tenía una aventura con su peluquero, luego enamoró al joven Arthur, trabajó en la floristería, se metió en aquella secta, se hizo íntima amiga de Bettina (me encantaba) y conoció a George, se casaron, lo dejó cuando él empeoró de su enfermedad mental. Y al final, que final tan bonito para alguien con una vida como la suya. En el campo, con su hermana, su amiga Bettina, con George viniéndola a buscar, cuidando perros, en paz, relajada. Pero Ruth ... había que tener mucha paciencia para aguantar a ese personaje, sus modales apocados, su vocecita queda, su peinado tan retro. Sin embargo sufrió lo que ninguna madre debe sufrir, la muerte de un hijo.
Luego estaba Brenda y Keith y Rico. Pero en lo referente al núcleo familiar, los Fisher, solo me falta Claire.
Claire no me interesaba demasiado, con su pelo rojo, sus enormes ojos pardos, su cara de circunstancia ante la vida, sus dudas, sus escarceos amorosos. Claire no me aportaba mucho como personaje. Estaba bien que estuviera por ahí rondando pero vamos, que si se hubiese muerto me daba igual hasta... que abortó, dejó la escuela de arte, tuvo un flirteo con una chica, lo volvió a intentar con Billy y lo dejá porque el chico es un tanto peligroso y raro y vamos que está loquísimo. Se pone a trabajar en una oficina, da miedo verla vestidita como una institutriz y conoce a Ted. Y luego la hecatombre, Nate muere. Y Claire debe rehacer su vida, que había quedado totalmente devastada tras la muerte de su hermano mayor. Y Claire es el futuro, el cambio, el viaje iniciático. Claire vivirá hasta el 2085, tendrá una vida larga. Fue ahí, a partir de la tercera temporada, cuando Claire cambia cuando me enamoré de su pelo rojo y sus grandes ojos pardos.
Me encanta el final de A dos metros bajo tierra, es más, lo considero el mejor final que he visto hasta la fecha. Es magnífico, perfecto, emotivo, triste. Es la síntesis de esa genialidad que fue A dos metros... Pocas series me han enganchado y emocionado tanto como esta. Pocas veces una serie me ha dado tanto en lo que pensar, en lo que meditar. Descanse en paz.
De todos los personajes de A dos metros bajo tierra, Claire siempre me pareció el más inútil de todos.
Nate, tenía sus problemas personales, su enfermedad, tenía a Brenda, luego se casó con Lisa y tuvo una hija. Lisa muere, se casa con Brenda, esperan un bebé y Nate se enamora de Tina. A parte de sus coqueteos con las drogas, el sexo, las conversaciones con su padre muerto, sus peleas con Brenda, su mal rollo con Billy. Nate era un hombre complejo y acomplejado, no sabía vivir, no sabía decidir. Se dejaba llevar y cuando elegía era un ser profundamente egoista, a la par que un hombre bueno y generoso. Era un personaje lleno de contradicciones. La escena que más me impactó de Nate es cuando entierra en aquel bosque a su mujer muerta. Él solo, de noche, cargando con el cuerpo putrefacto, llorando, sintiéndose odioso y culpable. Pobre Nate.
David, era sin duda uno de los mejores. El que más recuerdo, el que tenía momentos más impactantes, el que te desconcertaba, al que adorabas por ser tan humano, tan frágil, tan recto y moral. Por dar esa imagen de hijo y hombre perfecto que no era para nada lo que realmente escondía debajo de su pulcro traje gris. David, el homosexual reprimido, el amante dañino, el salvaje provocador. Pero también David el responsable, el necesitado de amor, el humillado por un padre que no le perdonaba lo que era, el que se sacrificaba por la familia, el negocio. David y Keith eran la pareja más atípica y compenetrada de todas. Se peleaban, se separaban, se necesitaban, volvían, se engañaban, se iban a vivir juntos, adoptaban hijos y al final se casaban. Su relación era un sin vivir, un perro del hortelano emocional que no te permitía ni avanzar ni retroceder. Y sin embargo es la historia de amor más hermosamente perversa de toda la serie.
Ruth. Ojalá mi madre nunca sea como ella. Ruth. Esa mujer. Entregada y sometida durante años a su marido. Tenía una aventura con su peluquero, luego enamoró al joven Arthur, trabajó en la floristería, se metió en aquella secta, se hizo íntima amiga de Bettina (me encantaba) y conoció a George, se casaron, lo dejó cuando él empeoró de su enfermedad mental. Y al final, que final tan bonito para alguien con una vida como la suya. En el campo, con su hermana, su amiga Bettina, con George viniéndola a buscar, cuidando perros, en paz, relajada. Pero Ruth ... había que tener mucha paciencia para aguantar a ese personaje, sus modales apocados, su vocecita queda, su peinado tan retro. Sin embargo sufrió lo que ninguna madre debe sufrir, la muerte de un hijo.
Luego estaba Brenda y Keith y Rico. Pero en lo referente al núcleo familiar, los Fisher, solo me falta Claire.
Claire no me interesaba demasiado, con su pelo rojo, sus enormes ojos pardos, su cara de circunstancia ante la vida, sus dudas, sus escarceos amorosos. Claire no me aportaba mucho como personaje. Estaba bien que estuviera por ahí rondando pero vamos, que si se hubiese muerto me daba igual hasta... que abortó, dejó la escuela de arte, tuvo un flirteo con una chica, lo volvió a intentar con Billy y lo dejá porque el chico es un tanto peligroso y raro y vamos que está loquísimo. Se pone a trabajar en una oficina, da miedo verla vestidita como una institutriz y conoce a Ted. Y luego la hecatombre, Nate muere. Y Claire debe rehacer su vida, que había quedado totalmente devastada tras la muerte de su hermano mayor. Y Claire es el futuro, el cambio, el viaje iniciático. Claire vivirá hasta el 2085, tendrá una vida larga. Fue ahí, a partir de la tercera temporada, cuando Claire cambia cuando me enamoré de su pelo rojo y sus grandes ojos pardos.
Me encanta el final de A dos metros bajo tierra, es más, lo considero el mejor final que he visto hasta la fecha. Es magnífico, perfecto, emotivo, triste. Es la síntesis de esa genialidad que fue A dos metros... Pocas series me han enganchado y emocionado tanto como esta. Pocas veces una serie me ha dado tanto en lo que pensar, en lo que meditar. Descanse en paz.
3 comentarios:
Es la serie mas maravillosa que ha parido la tele. Menudo final. El corazon encojido y el estomago cerrado, como la vida misma. La escena que mencionas de Nate enterrando a su mujer no me dejó dormir en toda la noche...Descanse en paz
Increíble final. Acabo de verlo tres veces seguidas.
Es la guinda que se merece esta serie de culto.
Sin comentarios. (Buff)
Un saludo y gran blog.
Una de las mejores series de TV que se han hecho. Lástima que las series buenas las hagan en malos horarios y las cambien de dia y hora.
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