ALERTA SPOILERS HASTA EL 3X08
La tercera temporada de Justified va
encajando las piezas de cara a su recta final, con Harlan convertida
en un polvorín y Rayland un poco tocado tanto física como
emocionalmente, las luchas de poder entre Boyd Crowder y el hombre de
Detroit, Quarles interpretado por Neal McDonough, se han convertido en la parte más interesante de la trama. A Boyd lo hemos visto crecer como personaje desde que en el piloto
Rayland le descerrajaba un tiro en el pecho. Tras dos temporadas en
las que buscó la redención imposible, Boyd se afana ahora en consolidar
su poder e iniciar una red criminal sólida a la par que legalmente
intocable. A su lado los habituales de siempre y Ava (Joelle Carter), quien no solo
es su pareja, sino también su confidente, su apoyo y uno de
sus más fieles lugartenientes. Y es que Ava Crowder ha crecido como
personaje pero desde el principio ya sabíamos que esta mujer no era
una muñeca rota. Ava es una leona como bien demostró al matar a su
marido, hermano de Boyd, en el salón de su casa.
Por otro lado tenemos a un Neal McDonough de lo más inquietante, este hombre,
haga lo que haga da miedito. A su lado está Duffy (Jere Burns) que no sabe muy bien
como escapar de esa situación ya que Quarles no parece estar en sus
cabales. Es un elegante. sonriente y violento diablo que tiñe de
sangre las paredes.
En este toma y daca hay otros
personajes dignos de mención como el señor Limehouse, hombre de palabra con el que Mags Bennet (te echamos de menos)
tenía tratos. El señor Limehouse defiende su zona y a su gente, no
quiere problemas para los suyos y busca sacar partido de la desgracia
o de la fortuna de los demás. Justified tiene muchas virtudes, mi
favorita es lo acertado de la presentación de personajes y lo bien
dibujados que suelen estar. Cuando Limehouse aparece por primera vez
te das cuenta de que es un hombre al que es mejor no enfadar pues es
capaz de despedazar un cerdo con suma facilidad. Por si no os habéis fijado, el señor
Limehouse casi siempre está en el matadero o preparando
barbacoas. Al verlo no puedo evitar recordar la película Tomates
Verdes Fritos ¿Sabéis a lo que me refiero? Pues eso.
Boyd, el hombre de Detroit y Limehouse.
El futuro de Harlan y de la delincuencia del lugar está en sus
manos.
En otro orden de cosas nos
reencontramos con el hijo superviviente de Mags, Dickie Bennet (Jeremy Davies), sus peripecias
siempre son divertidas porque, aunque el pobre no tenga muchas luces,
siempre consigue, no sé bien como, caer de pie.
Con el condado de Harlan en plena
guerra fría me pregunto que hará Rayland. Ya han intentado sacarlo
del juego acusándolo de corrupción, ha tenido enfrentamientos
físicos y verbales con su amienemigo Boyd, se las ha visto con el
hombre de Detroit, ha solucionado un par de entuertos en el trabajo
pero ha perdido a Winona y se encuentra un tanto desorientado. Al
empezar la temporada estuvo un tiempo convaleciente, le costó volver
a coger ritmo y recuperar la puntería. Eso si, la chulería no la
aparcó en ningún momento.
Winona embarazada estaba dispuesta a
darle una oportunidad a lo suyo pero Rayland siempre cae en lo mismo; es un hombre de costumbres muy marcadas cuyo único fin en
la vida parece ser encerrar a los malos. Toda gira en torno a su
trabajo, aparca a Winona y su futuro hijo. Añadimos a la lista de contras que su trabajo la pone
en peligro a ella en numerosas ocasiones y no parece darse cuenta de lo que
le está haciendo. Esa no es vida, esa no es manera de criar a un
niño y Winona hace lo más lógico, irse.
Harlan está que arde ¿conseguirá
Rayland arreglar la situación sin quemarse? Cuando se enfrentó a
los Bennet no salió muy bien parado, gracias a la intervención de
Boyd podemos decir que sigue con vida. Así que ahora lo tiene
difícil porque no creo que su antaño compañero en la mina se ponga
de su lado. Aunque nunca se sabe, no sería descabellado que se
aliasen para echar del lugar a Quarles.
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