HORROR!!! Ayer por la tarde vi algo horrible, horrible de verdad: La guerra en casa. Estaba cansada, el mando se quedó sin pilas y lo peor es que no podía dejar de mirarla porque ver a Michael Rapaport moverse por la pantalla era como ver un tsunami. El tío no para de moverse, haciendo gestos en plan Will Smith en El príncipe de Bel-Air.
Si Michael, si tienes cuarenta tacos, eres blanco y te mola el rollo rapero pero eso no significa que tengas que moverte como si fueses Puff Duddy en todo momento. Era algo atroz en serio ni siquiera parado permanecía quieto, daban ganas de pegarle un tiro para ver si dejaba de contonearse.
La serie al parecer se estrenó en 2005 y dos años después y lo que yo creo que debieron ser 44 horripilantes episodios fue cancelada. La guerra en casa va sobre una pareja, Dave (Rapaport) y Vicky (Anita Barone) son padres de tres engendros en plena adolescencia. Cuando eran jóvenes Dave y Vicky fueron bastante a su aire e hicieron de todo, así que no se fían ni un pelo de sus hijos porque todo lo que pueden hacer ellos ya lo han hecho por lo menos un par de veces durante su juventud. Siempre habían pensado que ser padres no era algo trabajoso y darse cuenta de la responsabilidad y lo agotador que resulta les pone de los nervios.
Dave es un bocas, cuarentón, vendedor de seguros y judío. Un payaso, bastante machista e imbécil que disfruta humillando y torturando a sus hijos. Ella es una diseñadora de interiores algo más racional pero bastante histérica y neurótica.
Los engendros adolescentes son: Larry, quince años, perdedor, friki e incomprendido. Hillary, dieciseis años, pija, guapa e insoportable. Mike, trece años, salido y obsesionado con los videojuegos.
De vez en cuando la acción se interrumpe y vemos a los personajes, individualmente, hablando en una especie de confesionario, mostrando así sus verdaderas emociones o pensamientos.
Mala, mala con ganas, mala de esas que te hacen estallar la cabeza. Ver esta serie puede perjudicar seriamente su salud mental y de las personas que le rodean.
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