En los últimos años la sitcom familiar, salvo honrosas excepciones (The Middle, Black-ish, Fresh off the Boat) no levanta cabeza. Es difícil encontrar propuestas que dentro de un formato de humor tan blanco, con tendencia al cumbayá familiar y el buenrollismo, destaquen por saltarse la norma establecida; series que no sean previsibles, que no tengan críos odiosos y/o irreales, que jueguen con las frustraciones de la paternidad y que aporten las dosis de drama adecuadas para recordar al espectador que la vida no es, ni debe ser, perfecta. Speechless encaja en ese esquema. Su aproximación a la realidad de la familia DiMeo la sitúa a la altura de títulos como The Middle, Malcolm in The Middle o Married... with Children y, como ellos, acierta a la hora de retratar a la clase media-baja norteamericana, un estrato social que sobrevive como puede al puñetero sueño americano. Ellos saben, mejor que nadie, que eso del hagamos América grande de nuevo es la mayor patraña de la historia reciente pero se resignan porque no les queda otra, porque compaginan dos trabajos mal pagados, porque están tan agotados que se duermen viendo la televisión en el sofá, porque todas sus comidas son precocinadas, porque no pueden permitirse ir al médico, porque saben que cada día estarán un poco más cansados, más enfermos y más endeudados.
En Speechless la unidad familiar la conforman Maya DiMeo (Minnie Driver), Jimmy (John Ross Bowie), y sus tres hijos: el mayor JJ (Micah Fowler), Ray (Mason Cook) y la pequeña Dylan (Kyla Kenedy). A ellos hay que sumar a Kenneth (Cedric Yarbrough), el ayudante de JJ. El hijo mayor de la familia tiene parálisis cerebral y en el piloto los caminos de los DiMeo y Kenneth se unen para no separarse en toda la temporada. Este es otro de los aspectos a favor de la serie de Scott Silveri, el cómo aborda la discapacidad de JJ y cómo la integran en la historia simplemente acercándose con humor y respeto al día a día del joven. Es en la crítica a lo políticamente correcto y a la supuesta integración de las personas discapacitadas donde Speechless brilla, sus ataques son certeros e inteligentes, planteando cuestiones y situaciones que hacen reflexionar al espectador y que humaniza, más si cabe, a los DiMeo y especialmente a JJ.
Existe un enorme vacío en lo que respecta a la representación de la discapacidad en la televisión, a veces son personajes recurrentes (Breaking Bad) y raramente están interpretados por actores y actrices discapacitados (aún recordamos lo de Glee). Según un estudio de la Fundación Ruderman publicado el verano pasado, un 95% de los personajes televisivos con discapacidad son interpretados por actores sin discapacidad. Micah Fowler es un actor discapacitado que interpreta a un personaje discapacitado en una comedia familiar; esto no es un drama sobre las dificultades de los DiMeo, es un canto a la diversidad y la integración a través de la normalización y la visibilización de realidades a las que, hasta hace poco, los productores de televisión temían.
Speechless no se olvida de la discapacidad de JJ en ningún momento pero la muestra desde el realismo. La serie funciona porque en ningún momento olvida que JJ es una persona con emociones y pensamientos propios, con experiencias únicas y con sueños, miedos, dudas y fallos. No es perfecto porque es humano y atribuirle ciertas cualidades y necesidades es menospreciar su persona e intelecto, es negarle su identidad como persona.
My brother isn't a hero. I know him better than anyone. And I can tell you, in all honesty, he can be a real jerk. He teases me and tortures me, runs me over with his wheelchair. He told me I was adopted and my real mom was Nancy Grace! He isn't brave, either. He's just living his life. And there's nothing brave about that.
Todo arranca con el traslado de la familia a Orange County para que JJ tenga la posibilidad de ir a un instituto que cubra sus necesidades. El director los recibe jactándose de lo inclusivo que es el lugar y de lo preparados que están para atender al joven pero la entrada al edificio no cuenta con una rampa para silla de ruedas. JJ tiene que entrar por la parte de atrás, por la rampa que se utiliza para sacar la basura. Y esto pasa en el piloto. El resto de la temporada ha dejado momentos tremendamente divertidos como el otro trabajo de Kenneth en el supermercado, el capítulo de Halloween, Jimmy aprovechándose de otros padres, el robo de la camioneta adaptada o Ray conspirando para lograr que sus planes vacacionales se cumplan. No obstante también hay lugar para el drama y la reflexión como cuando Jimmy descubre que la obsesión de Ray por el dinero está directamente relacionada con su preocupación por el futuro de JJ o cuando Maya decide no despedirse cuando su hijo mayor se va al campamento de verano.
Tengo que decir que la construcción de los tres hijos de Maya y Jimmy es fantástica,puesto que se aleja de esos arquetipos que tanto daño han hecho a otras series. Los DiMeo se sienten reales y creíbles. Además, sus personalidades y peculiaridades encajan en el tono de esta comedia sin chirriar ni lastrar el acento humorístico. Ya quisieran otras comedias familiares tener tres personajes jóvenes tan bien escritos e interpretados. Entre ellos destaco a Mason Cook, tal vez Ray sea el más irritante de todos pero sus tramas son estupendas y su humanidad y patetismo resultan entrañables. Ray con sus obsesiones, su necesidad de amor, sus pequeñas grandes crisis existenciales y su talante adulto es, con diferencia, el mejor personaje de Speechless.
Los tres adultos también me sorprendieron para bien. Reconozco que Minnie Driver siempre me ha parecido una actriz solvente pero mal aprovechada, una de esas mujeres que trabaja bien tanto en drama como en comedia y a la que la industria nunca ha sabido situar adecuadamente. En fin, aquí es una madre todoterreno, puro fuego y carácter, que lleva las riendas de la familia de manera caótica pero efectiva para disgusto de Ray (Mason Cook), el más cerebral y organizado de los DiMeo. Hay muchos motivos por los que Maya es un activo valioso en esta historia: su acento inglés, su verborrea incontenible, su energía, su relación con Jimmy, el tremendo amor por sus hijos, su abnegación, su disposición a la aventura, su crítica constante a Kenneth... un filón cómico y dramático. Maya no ha dejado de crecer y enriquecerse a lo largo de la primera temporada y estoy segura de que el próximo año podemos esperar grandes cosas de esta mujer.
La familia volverá para una segunda temporada, ya confirmada por ABC, y estoy ansiosa por saber como les ha ido el verano a los DiMeo.
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